?En qu? terreno se deposita el mundo fragmentado que nos deja un cuerpo roto, despiezado ?Es posible juntar las piezas y traducir el mundo desde una escritura completa, lineal, coherente La escritura que surge de un cuerpo tal, es aquella donde la percepci?n se curva, se instala en un lugar que no deja, ni es capaz de percibir la realidad como un todo. Dicha percepci?n est? llena de orificios-huecos que hacen "d?bil" el tejido de la realidad. Desde este punto de vista la realidad se convierte en "su-realidad", un tejido de percepciones dis?miles que hacen cada vez m?s fr?gil la estructura del tejido social y del cuerpo mismo como totalidad, situ?ndolo m?s bien en una suma de partes, en un collage de fragmentos. El cuerpo roto y fragmentado desde el cual se origina la nuestra percepci?n, no da pie a un encuadre, sino a un recorrido dis?mil. No a la foto, sino a la sucesi?n de cuadros o encuadres, entre los cuales, alrededor de los cuales no quedan sino preguntas, huecos, orificios. El centro, desde y por el cual todo se encaminaba, est? ahora desplazado a la suma de las periferias, de los desplazamientos, de las negatividades, centro entonces no existe. Al hablar de la escritura de este texto, debo decir que es cada vez m?s estrecha la brecha entre ficci?n y realidad, tanto cada vez m?s dif?cil la tarea de representar, dando cada vez m?s posibilidad, o tal vez m?s necesidad a la presentaci?n. Si la palabra, el testimonio por boca del otro ya no es capaz de dar cuenta de lo sucedido, se hace necesaria la presencia del testimoniante, que el cuerpo-muerto de cuenta de su propia muerte y encuentre su propio cuerpo. Como en el caso de Alfonso Canepa, el personaje de una de las obras de Yuyaxcani, que por cuenta propia va en cuerpo-ausente (muerto-desaparecido) a la plaza de armas de Lima y se dirige al se?or presidente. Los ni?os aqu? muertos, resuelven a trav?s del juego, el testimonio de su muerte, hacen como si jugaran, porque la hora de jugar ya termin?, o tal va nunca existi?. La p?rdida de la ni?ez, a trav?s de la violencia, es el tema principal de esta obra.El cuerpo roto y fragmentado desde el cual se origina la nuestra percepci?n, no da pie a un encuadre, sino a un recorrido dis?mil. No a la foto, sino a la sucesi?n de cuadros o encuadres, entre los cuales, alrededor de los cuales no quedan sino preguntas, huecos, orificios. El centro, desde y por el cual todo se encaminaba, est? ahora desplazado a la suma de las periferias, de los desplazamientos, de las negatividades, centro entonces no existe. Al hablar de la escritura de este texto, debo decir que es cada vez m?s estrecha la brecha entre ficci?n y realidad, tanto cada vez m?s dif?cil la tarea de representar, dando cada vez m?s posibilidad, o tal vez m?s necesidad a la presentaci?n. Si la palabra, el testimonio por boca del otro ya no es capaz de dar cuenta de lo sucedido, se hace necesaria la presencia del testimoniante, que el cuerpo-muerto de cuenta de su propia muerte y encuentre su propio cuerpo. Como en el caso de Alfonso Canepa, el personaje de una de las obras de Yuyaxcani, que por cuenta propia va en cuerpo-ausente (muerto-desaparecido) a la plaza de armas de Lima y se dirige al se?or presidente. Los ni?os aqu? muertos, resuelven a trav?s del juego, el testimonio de su muerte, hacen como si jugaran, porque la hora de jugar ya termin?, o tal va nunca existi?. La p?rdida de la ni?ez, a trav?s de la violencia, es el tema principal de esta obra.Al hablar de la escritura de este texto, debo decir que es cada vez m?s estrecha la brecha entre ficci?n y realidad, tanto cada vez m?s dif?cil la tarea de representar, dando cada vez m?s posibilidad, o tal vez m?s necesidad a la presentaci?n. Si la palabra, el testimonio por boca del otro ya no es capaz de dar cuenta de lo sucedido, se hace necesaria la presencia del testimoniante, que el cuerpo-muerto de cuenta de su propia muerte y encuentre su propio cuerpo. Como en el caso de Alfonso Canepa, el personaje de una de las obras de Yuyaxcani, que por cuenta propia va en cuerpo-ausente (muerto-desaparecido) a la plaza de armas de Lima y se dirige al se?or presidente. Los ni?os aqu? muertos, resuelven a trav?s del juego, el testimonio de su muerte, hacen como si jugaran, porque la hora de jugar ya termin?, o tal va nunca existi?. La p?rdida de la ni?ez, a trav?s de la violencia, es el tema principal de esta obra.Como en el caso de Alfonso Canepa, el personaje de una de las obras de Yuyaxcani, que por cuenta propia va en cuerpo-ausente (muerto-desaparecido) a la plaza de armas de Lima y se dirige al se?or presidente. Los ni?os aqu? muertos, resuelven a trav?s del juego, el testimonio de su muerte, hacen como si jugaran, porque la hora de jugar ya termin?, o tal va nunca existi?. La p?rdida de la ni?ez, a trav?s de la violencia, es el tema principal de esta obra.