Los estudios literarios les permiten a los lectores y a los estudiantes de literatura, docentes e investigadores encontrarse no sólo con los verosímiles, locos o poéticos mundos paralelos de las obras literarias sobre las cuales siempre se versa. Son a su vez puertas que permiten unir estos mundos con realidades, creencias, paradigmas, teorías y ficciones propias de otras disciplinas como la lingüística, la retórica, la filosofía, la música, el teatro, el arte, la antropología, la historia, las ciencias exactas, la política, la psicología, etcétera. Por ello, en la medida en que son umbral para entrar en otros linderos, se convierten en punto de encuentro de diversas formas del pensamiento y en eje de soporte de la experiencia y del conocimiento sobre el cual se sostiene y gira el mundo entero.