Desde el comienzo de la historia el hombre sabe que él es el objeto de estudio por excelencia, pero parece que no se atreviera a abocarse a este problema. A veces inicia la tarea, pero pronto se ve sobrecogido por la inmensidad de esta ocupación y vuelve atrás, para intentarlo otra vez después de cierto tiempo. En este libro el lector hallará la historia de la meditación del hombre mismo: desde Kant, que señaló con gran agudeza la tarea propia de una antropología filosófica, hasta nuestros días en que el problema antropológico parece haber llegado a su madurez, cuando se le reconoce y trata como un problema filosófico independiente. En este sentido, la discusión con Scheler y con Heidegger está llamada a cumplir el cometido de que el lector conozca de viva voz el acento humano de ambos pensadores.En este libro el lector hallará la historia de la meditación del hombre mismo: desde Kant, que señaló con gran agudeza la tarea propia de una antropología filosófica, hasta nuestros días en que el problema antropológico parece haber llegado a su madurez, cuando se le reconoce y trata como un problema filosófico independiente. En este sentido, la discusión con Scheler y con Heidegger está llamada a cumplir el cometido de que el lector conozca de viva voz el acento humano de ambos pensadores.