Para el hombre moderno es difícil comprender que hubo un tiempo en el que lo divino formaba parte integrante y esencial de la vida humana, una época en la que la fe no era fórmula rígida sino hábito viviente. Una relación de tan profundo significado como la que se establece entre lo divino y lo humano no puede encasillarse bajo un nombre; tal vez podamos caracterizarla hablando de un delirio de persecución, porque la relación inicial, primaria, entre hombre y divinidad es precisamente la de una persecución: el hombre se siente vigilado, perseguido implacablemente por algo que está siempre presente, cercándolo. María Zambrano, la ilustre discípula de Ortega y Gasset, analiza en este libro, de forma concisa y sugerente, esa peculiar relación y la manera en que evoluciona, desde el nacimiento de los dioses griegos -pasando por el trascendental fenómeno del cristianismo- hasta nuestra época, en la que el hombre ha hecho del futuro su dios desconocido.María Zambrano, la ilustre discípula de Ortega y Gasset, analiza en este libro, de forma concisa y sugerente, esa peculiar relación y la manera en que evoluciona, desde el nacimiento de los dioses griegos -pasando por el trascendental fenómeno del cristianismo- hasta nuestra época, en la que el hombre ha hecho del futuro su dios desconocido.