En ocasiones el ritmo de la vida parece suspenderse, nos obliga a mirar a las nubes, a la luz. Leer, adentrarse en la obra poética de Georges es uno de esos sucesos que nos invitan a mirar nuestro entorno de una forma diferente, entrelazando lo visto y lo sentido en una gama de colores que parecen salidos de un prisma cristalino y diáfano. La obra recoge momentos y escenarios llenos de una humildad y profundidad sin igual que envuelven a su lector. Es fruto de un trabajo meditado y orquestado como una pieza musical que poco a poco va creando una propuesta poética que permite una sincronía entre los sentimientos, las letras y la existencia... Cada palabra, encuentra su sitio en estas poesías con sutileza. Así, con cada pincelada, se forman pequeños cristales que tienen la capacidad de recrear Y reflejar lo que habita en lo más profundo de cada uno de los lectores de estas páginas: su espíritu.La obra recoge momentos y escenarios llenos de una humildad y profundidad sin igual que envuelven a su lector. Es fruto de un trabajo meditado y orquestado como una pieza musical que poco a poco va creando una propuesta poética que permite una sincronía entre los sentimientos, las letras y la existencia... Cada palabra, encuentra su sitio en estas poesías con sutileza. Así, con cada pincelada, se forman pequeños cristales que tienen la capacidad de recrear Y reflejar lo que habita en lo más profundo de cada uno de los lectores de estas páginas: su espíritu.Cada palabra, encuentra su sitio en estas poesías con sutileza. Así, con cada pincelada, se forman pequeños cristales que tienen la capacidad de recrear Y reflejar lo que habita en lo más profundo de cada uno de los lectores de estas páginas: su espíritu.