El enfermo es tratado como si tuviese un «resfriado», una erupción cutánea, un eccema atípico, desviación del tabique nasal o, simplemente, pólipos nasales; y en colaboración con una legión de especialistas armados de un arsenal de medicamentos de dudosa eficacia, pero cargados de efectos secundarios importantes, el enfermo sufre estoicamente el paso del tiempo hasta el diagnóstico final: asma intrínseco, asma extrínseco, rinitis alérgica, bronquitis alérgica, incluso psoriasis. Todo esto para ser tratado de nuevo y de por vida con los mismos medicamentos, quizá con diferente nombre, pero... con la etiqueta de « ¡esto es para siempre!» Si buscamos la definición de «alergia» en el diccionario podemos hallar: «Conjunto de fenómenos de carácter respiratorio, nervioso o eruptivo producidos por la absorción de ciertas sustancias (alergenos) que dan al organismo una sensibilidad especial ante una nueva acción de tales sustancias, aun en cantidades mínimas». Es decir, que con este nombre se designa la reacción del organismo ante algunas sustancias extrañas. Si entendemos que alergia es la reacción del organismo ante algunas sustancias extrañas, significa que el propio organismo trata siempre de defenderse, intentando buscar el equilibrio de la salud perdida, y que la piel o el sistema respiratorio no son elementos autónomos con función independiente del resto de nuestro organismo, sino que tienen una íntima relación de equilibrio con todo nuestro sistema circulatorio, digestivo, endocrino, nervioso, etc., y sobre todo con el entorno ambiental y social. Todo tratamiento que intenta anular el síntoma de forma directa sin tratar de poner remedio al origen y raíz del síntoma -es decir, que intenta suprimir la tos con un antitusígeno, la disnea o el asma con bronco dilatadores y cortisonas, la secreción nasal con inhibitorios de mucosidades o, la mayoría de las veces, con antihistamínicos-, significa suprimir la posibilidad de defensa e información de nuestro organismo. Estos fármacos proporcionan una mejoría mientras duran sus efectos, pero permiten que la enfermedad continúe su evolución añadiendo en su progresión los efectos secundarios de los fármacos con nuevos sínto~as que irán apareciendo con el paso del tiempo, incluyendo dependencia e incluso problemas psicológicos.Si entendemos que alergia es la reacción del organismo ante algunas sustancias extrañas, significa que el propio organismo trata siempre de defenderse, intentando buscar el equilibrio de la salud perdida, y que la piel o el sistema respiratorio no son elementos autónomos con función independiente del resto de nuestro organismo, sino que tienen una íntima relación de equilibrio con todo nuestro sistema circulatorio, digestivo, endocrino, nervioso, etc., y sobre todo con el entorno ambiental y social. Todo tratamiento que intenta anular el síntoma de forma directa sin tratar de poner remedio al origen y raíz del síntoma -es decir, que intenta suprimir la tos con un antitusígeno, la disnea o el asma con bronco dilatadores y cortisonas, la secreción nasal con inhibitorios de mucosidades o, la mayoría de las veces, con antihistamínicos-, significa suprimir la posibilidad de defensa e información de nuestro organismo. Estos fármacos proporcionan una mejoría mientras duran sus efectos, pero permiten que la enfermedad continúe su evolución añadiendo en su progresión los efectos secundarios de los fármacos con nuevos sínto~as que irán apareciendo con el paso del tiempo, incluyendo dependencia e incluso problemas psicológicos.Todo tratamiento que intenta anular el síntoma de forma directa sin tratar de poner remedio al origen y raíz del síntoma -es decir, que intenta suprimir la tos con un antitusígeno, la disnea o el asma con bronco dilatadores y cortisonas, la secreción nasal con inhibitorios de mucosidades o, la mayoría de las veces, con antihistamínicos-, significa suprimir la posibilidad de defensa e información de nuestro organismo. Estos fármacos proporcionan una mejoría mientras duran sus efectos, pero permiten que la enfermedad continúe su evolución añadiendo en su progresión los efectos secundarios de los fármacos con nuevos sínto~as que irán apareciendo con el paso del tiempo, incluyendo dependencia e incluso problemas psicológicos.