La muerte de sus dos mejores amigos, provoca que Félix pretenda recluirse en un asilo. Ese domingo se encamina nervioso al refugio que le brindará la oportunidad de no morir sin compañía. Asqueado por el alimento y las experiencias que compartió con personas mucho mayores que él, busca en el centro de Cholula dónde refrescar su boca. Entra en un pequeño restaurantebar y ordena un coctel Rob Roy. El ex director de una importante paraestatal se convertirá en el bartender de un modesto lugar.