Estamos frente a un libro que hacía falta, un libro que debiera apoyar las búsquedas de nuevos escritores y editores que buscan hacer de sus vidas un libro. En este texto hay conocimiento, experiencia, reflexión inteligente. Pero también hay convicción. Este no es un libro de compromiso sino que es un libro comprometido, un trabajo que tiene sus ilusiones puestas un paso más allá de su propia lectura, en el territorio futuro donde los libros seguirán existiendo y serán necesarios, en el lugar donde otros seres humanos buscarán una orientación iluminadora para reemprender -como los resistentes en Farenheit 451- la defensa y la proyección del libro.