El muchacho casi atropellado es una historia de Amor, así, con mayúscula. Del amor apasionado, del amor ciego, inevitable e incomprensible, inabordable, intratable. Pero también del amor de amistad, sincero, honesto, cómplice, que no conoce de prejuicios ni de recelos, sino de generosidad, apoyo, compañía, nos hace ver otros mundos o nos enseña a ver el mundo con otros ojos, sin pedir nada a cambio. El amor verdadero acepta la diferencia, es tole...