Escrita en los años de plomo de la dictadura militar en Brasil, este escrito fue en su momento una obra estigmatizada por una izquierda académica que, inmersa en el infierno de la represión autoritaria, no percibió que la batalla intelectual por la democracia y los derechos ciudadanos podía darse tanto desde el análisis marxista de los esquemas de subordinación impuestos por el Estado y los grupos dirigentes como desde una perspectiva, entonces nueva, que privilegiaba el estudio de la función de control social desempeñada por las estructuras simbólicas y por los sistemas de representación plasmados en procesos como el carnaval, las procesiones religiosas y los desfiles militares. Para esta nueva perspectiva, el análisis de clase podía y debía ser complementado por el estudio minucioso de las tipologías individualizadas que surgían en las etéreas regiones de la creación literaria y que reflejaban en micro dimensiones las consecuencias de un orden social caracterizado por la violencia y el patrimonialismo, pero también por la invención libertaria y la búsqueda constante de espacios de igualdad. Este libro, hoy un clásico de la antropología cultural, representó entonces una pionera incursión en la antropología urbana, en una época en que la disciplina estaba obsesionada con los estudios campesinos y rurales. Basada en una minuciosa investigación de campo en torno al carnaval más vistoso del mundo, el de Rio de Janeiro, la obra conjuga el rigor del análisis antropológico con aportaciones teóricas de gran relevancia para el estudio de las estructuras simbólicas y de los rituales resultantes de un diálogo directo con clásicos modernos y contemporáneos de la antropología cultural, como Mauss y Geertz, más una brillante mirada interpretativa que sitúa al autor junto a pensadores brasileños de la talla de Gilberto Freyre, Sérgio Buarque de Holanda y Darcy Ribeiro.Para esta nueva perspectiva, el análisis de clase podía y debía ser complementado por el estudio minucioso de las tipologías individualizadas que surgían en las etéreas regiones de la creación literaria y que reflejaban en micro dimensiones las consecuencias de un orden social caracterizado por la violencia y el patrimonialismo, pero también por la invención libertaria y la búsqueda constante de espacios de igualdad. Este libro, hoy un clásico de la antropología cultural, representó entonces una pionera incursión en la antropología urbana, en una época en que la disciplina estaba obsesionada con los estudios campesinos y rurales. Basada en una minuciosa investigación de campo en torno al carnaval más vistoso del mundo, el de Rio de Janeiro, la obra conjuga el rigor del análisis antropológico con aportaciones teóricas de gran relevancia para el estudio de las estructuras simbólicas y de los rituales resultantes de un diálogo directo con clásicos modernos y contemporáneos de la antropología cultural, como Mauss y Geertz, más una brillante mirada interpretativa que sitúa al autor junto a pensadores brasileños de la talla de Gilberto Freyre, Sérgio Buarque de Holanda y Darcy Ribeiro.