Érase una vez un tiempo en que levantábamos la mano con alegría para responder a las preguntas, conectábamos fácilmente con los demás, creíamos que todo era posible y nos lanzábamos sin miedo a nuevas experiencias. Un tiempo en que vivíamos cada día no como algo que teníamos que soportar, sino como un maravilloso don que explorar y saborear.Por desgracia, esto dista mucho de nuestra experiencia actual. En su lugar, nos sentimos desconectados y ha...