Más que presentar una historia lineal de los pueblos indígenas del México antiguo, el autor introduce al lector en la dimensión mágica y onírica de la cosmogonía de los pueblos prehispánicos. Como señala el autor: La ambivalencia de los dioses paganos es incomprensible para el religioso español, y esta incomprensión origina el desprecio por las supersticiones, creencias que, por lo demás, estaban encaminadas a resolver problemas filosóficos que el mundo clásico antiguo ya se había planteado.Sin embargo, para los españoles de la Europa renacentista del siglo XVI, esta multitud de dioses, algunos de ellos gigantes que presiden la génesis del mundo, no eran más que demonios que producían horror o burla. Mediante el reconocimiento de bailes, ritos, ceremonias tribales y conmemoraciones, además de extensas citas de códices prehispánicos, el autor explora en esta minuciosa indagación la presencia, hasta estos días, de los valores culturales indígenas de México.Sin embargo, para los españoles de la Europa renacentista del siglo XVI, esta multitud de dioses, algunos de ellos gigantes que presiden la génesis del mundo, no eran más que demonios que producían horror o burla. Mediante el reconocimiento de bailes, ritos, ceremonias tribales y conmemoraciones, además de extensas citas de códices prehispánicos, el autor explora en esta minuciosa indagación la presencia, hasta estos días, de los valores culturales indígenas de México.