La intención de esta obra consiste en transmitir al lector especialista, al estudiante o investigador de ciencias o humanidades y al curioso no especialista información pertinente, actual y accesible sobre el intrincado tema de la mente consciente. El libro ofrece un amplio panorama del tema de estudio de la conciencia desde tres puntos de vista complementarios: el filosófico, el fenomenológico y el biológico. Así, sobresale en la obra la importancia de la relación entre ciencia y filosofía y el tema cardinal es, desde luego, el llamado problema mente-cuerpo. Una tesis de partida del libro afirma que la conciencia tal como se conoce y como se puede abordarla es un fenómeno peculiar de los organismos vivos, es decir una vivencia, de allí el título: La conciencia viviente. Como tema de estudio de la ciencia contemporánea, destacan diversos tratamientos de tres dificultades generales de la conciencia: el problema de la relación de la conciencia con la actividad cerebral y corporal, el establecimiento de un modelo adecuado para su mejor comprensión y el de su estudio empírico. La ciencia necesita desarrollar modelos y conceptos robustos sobre la naturaleza de la conciencia, sus procesos, sus características y sus funciones con el fin de lograr insertarla exitosamente en el mundo natural. Es tarea fundamental de estas páginas engendrar una teoría naturalista de la conciencia, a partir del hecho de que ésta es viviente porque la vida es susceptible y sensible, en la que destaca la hipótesis del enjambre en referencia al fundamento nervioso de la conciencia. Para lograr su cometido, el autor atraviesa un campo transdísciplinario muy amplio entre diversas ciencias biológicas, sociales y humanidades como son las neurociencias, las ciencias de la conducta, la psicología cognitiva, la psiquiatría, la filosofía de la mente, la teoría literaria, las ciencias de la complejidad y algunas tradiciones relevantes al tema, como el budismo.Así, sobresale en la obra la importancia de la relación entre ciencia y filosofía y el tema cardinal es, desde luego, el llamado problema mente-cuerpo. Una tesis de partida del libro afirma que la conciencia tal como se conoce y como se puede abordarla es un fenómeno peculiar de los organismos vivos, es decir una vivencia, de allí el título: La conciencia viviente. Como tema de estudio de la ciencia contemporánea, destacan diversos tratamientos de tres dificultades generales de la conciencia: el problema de la relación de la conciencia con la actividad cerebral y corporal, el establecimiento de un modelo adecuado para su mejor comprensión y el de su estudio empírico. La ciencia necesita desarrollar modelos y conceptos robustos sobre la naturaleza de la conciencia, sus procesos, sus características y sus funciones con el fin de lograr insertarla exitosamente en el mundo natural. Es tarea fundamental de estas páginas engendrar una teoría naturalista de la conciencia, a partir del hecho de que ésta es viviente porque la vida es susceptible y sensible, en la que destaca la hipótesis del enjambre en referencia al fundamento nervioso de la conciencia. Para lograr su cometido, el autor atraviesa un campo transdísciplinario muy amplio entre diversas ciencias biológicas, sociales y humanidades como son las neurociencias, las ciencias de la conducta, la psicología cognitiva, la psiquiatría, la filosofía de la mente, la teoría literaria, las ciencias de la complejidad y algunas tradiciones relevantes al tema, como el budismo.Como tema de estudio de la ciencia contemporánea, destacan diversos tratamientos de tres dificultades generales de la conciencia: el problema de la relación de la conciencia con la actividad cerebral y corporal, el establecimiento de un modelo adecuado para su mejor comprensión y el de su estudio empírico. La ciencia necesita desarrollar modelos y conceptos robustos sobre la naturaleza de la conciencia, sus procesos, sus características y sus funciones con el fin de lograr insertarla exitosamente en el mundo natural. Es tarea fundamental de estas páginas engendrar una teoría naturalista de la conciencia, a partir del hecho de que ésta es viviente porque la vida es susceptible y sensible, en la que destaca la hipótesis del enjambre en referencia al fundamento nervioso de la conciencia. Para lograr su cometido, el autor atraviesa un campo transdísciplinario muy amplio entre diversas ciencias biológicas, sociales y humanidades como son las neurociencias, las ciencias de la conducta, la psicología cognitiva, la psiquiatría, la filosofía de la mente, la teoría literaria, las ciencias de la complejidad y algunas tradiciones relevantes al tema, como el budismo.La ciencia necesita desarrollar modelos y conceptos robustos sobre la naturaleza de la conciencia, sus procesos, sus características y sus funciones con el fin de lograr insertarla exitosamente en el mundo natural. Es tarea fundamental de estas páginas engendrar una teoría naturalista de la conciencia, a partir del hecho de que ésta es viviente porque la vida es susceptible y sensible, en la que destaca la hipótesis del enjambre en referencia al fundamento nervioso de la conciencia. Para lograr su cometido, el autor atraviesa un campo transdísciplinario muy amplio entre diversas ciencias biológicas, sociales y humanidades como son las neurociencias, las ciencias de la conducta, la psicología cognitiva, la psiquiatría, la filosofía de la mente, la teoría literaria, las ciencias de la complejidad y algunas tradiciones relevantes al tema, como el budismo.Para lograr su cometido, el autor atraviesa un campo transdísciplinario muy amplio entre diversas ciencias biológicas, sociales y humanidades como son las neurociencias, las ciencias de la conducta, la psicología cognitiva, la psiquiatría, la filosofía de la mente, la teoría literaria, las ciencias de la complejidad y algunas tradiciones relevantes al tema, como el budismo.