Publicadas en 1948, en una pequeña editorial que quebraría poco después, las Anotaciones de Jakob Littner desde un agujero bajo tierra soportan el honor de ser una de las primeras manifestaciones literarias de los hechos del Holocausto. Narran el terrible infortunio, «las escenas de terror, la aventura inconcebible que tuve que vivir, el miedo a morir», de Jakob Littner, un comerciante judío de Munich, desde la noche de 1938 en que lo detienen en su casa para ser deportado a Polonia, hasta su liberación en 1944 de un sótano donde le había escondido, previo pago, un noble arruinado, en la localidad polaca de Zbaraz. Al principio puntuada por la ironía y el absurdo Littner es judío, pero no recuerda la última vez que pisó una sinagoga; su pasaporte es polaco, aunque nunca ha estado en Polonia ni entiende el polaco, la narración adquiere paulatinamente, una seca objetividad, a modo de preservación de la propia dignidad, que contrasta con la humillante persecución a la que se ve sometido, y que lo llevará a asumir finalmente su condición de judío. Las experiencias de Jakob Littner cobraron forma y densidad literaria con la intervención oculta de Wolfgang Koeppen, que admitiría la autoría del libro cuarenta años después. "Escribí la historia del sufrimiento de un judío alemán. Y así se convirtió en mi historia".