No es una novedad el afirmar que nos encontramos en un mundo que se nos presente marcado por desafíos nuevos, números, así como complejos, en el ámbito cultural, espiritual, y sociopolítico. Conscientes de la responsabilidad que esto implica, la compañía de Jesús, en su congregación general 35, quiso dar una respuesta positiva a estos retos, en fidelidad a lo que ha sido su modo de proceder. En este sentido, afirmar lo siguiente: es evidente que la compañía no puede dejar pasar en este momento histórico sin dar una repuesta que esté a la altura del carisma eclesial de San Ignacio. El sucesor de Pedro nos ha manifestado la confianza que deposita en nosotros; de nuestra parte, como cuerpo apostólico, deseamos sinceramente responder a su llamada con el mismo calor y afecto el nos ha demostrado y afirmar de manera decidida lo que tiene de especifico nuestra disponibilidad al vicario de Cristo en la tierra. La Congregación general 35 expresa su adhesión total a la fe y a la enseñanza de la iglesia tal como llegan hasta nosotros, en estrecha unidad entre escritura, tradición y magisterio.