«Ger-mi-nal, Ger-mi-nal, Ger-mi-nal», éste era el grito que el 5 de octubre de 1902 una delegación de mineros franceses coreaba al arrojar sus ramos de rosas rojas sobre la tumba de Émile Zola: cinco mil parisienses habían recorrido las calles de París con el féretro del escritor que había abanderado el enfrentamiento con el sector más conservador de la sociedad francesa a raíz del conocido como «affaire Dreyfus», Émile Zola, el padre del natural...