Existe una habilidad que sólo tienen unos pocos y que consigue que divises la luz del horizonte, te quites los zapatos y camines adentrándote en el mar para sentirte parte de él. Verso a verso, vas convirtiéndote en alga sedosa que anhela derivar cual Náyade en este reguero de ternuras en femenino, de compromiso estético, de conciliación y avenencia, de hondos corales donde el amor inventa su paisaje de palabras astrales, que Asunción Caballero h...