A un hermano hay que vengarle la muerte. Por Róbinson Úsuga Henao. Leí algunas páginas de este libro siendo jurado de las becas de creación del Municipio de Medellín. Ahora, unos meses después, tengo en mis manos la novela completa. El libro, narrado en primera persona, cuenta la vida de una familia de una de las comunas populares del occidente de Medellín. El narrador - es un niño- cuenta su vida, la de su hermano mayor, y la de su mamá. Aunque el núcleo de la historia lo constituye la amistad entre los dos hermanos, la figura de la madre ocupa un lugar muy importante; es natural que así sea, pues es ella quien debe llevar el sustento al hogar; es decir, ella es la responsable de que sus hijos puedan sobrevivir.