A Quinn le gusta hacer listas de todo: de los días que ha llorado como una magdalena, de las cosas que nunca reconocería en voz alta y de todos los chicos a quienes le gustaría besar. Sus listas la mantienen cuerda. Plasmar sus miedos en un papel es su vía de escape para no tener que enfrentarse a ellos en la vida real.
Hasta que su diario desaparece… y una cuenta anónima publica una de sus listas en Instagram, donde todo el instituto puede le...