Hoy por hoy se han unido todas las formas del poder en una sola maquinaria autoritaria. Así, el tradicional panóptico vigilante y castigador desde afuera se perfecciona con el sinóptico digital controlador desde adentro, aceptado con goce, complacencia y cierto regocijo. De esta manera, resulta paradójico que, junto a lo disciplinario que castiga, tortura, desaparece y asesina, se imponga un sistema seductor, atractivo, donde la autocensura, la a...