La adolescencia es un segundo nacimiento, afirmaba J. J. Rousseau. La genética y la carga educativa de la infancia están ahora a la espera de una intervención adulta plasmada por la esperanza y la inteligencia. La oportunidad de fabricar un ser humano feliz y productivo está abierta, pero no podemos ignorar el desafío: estamos ante una persona con muchas preguntas y pocas respuestas, con una dinámica que se manifiesta en cambios inesperados para ...