La frialdad y una mente calculadora contrastan con el cinismo y las ideas irracionales que persiguieron siempre un único objetivo: el poder. El mito que se creó alrededor de la figura del Führer atrapó al propio Hitler, quien acabaría confundiendo la megalomanía que rodeaba su figura con la realidad. A partir de 1938 se hacen patentes, tanto su falta de lucidez como su capacidad de análisis para gobe...