La vida propia, sin ficciones, es un gran insumo narrativo. Sobre esos caminos rueda este libro. Aquí la autora cuenta fragmentos de su vida compuestos por igual de elementos trascendentales y superfluos, demostrando al paso que lo único que se le pide a una historia, a cualquier historia, es que esté narrada con gracia. Todo tiene la posibilidad de lanzarnos a ese trance hipnótico de los cuentos bien echados.Así pues, estos textos misceláneos, d...