Un eterno viajero, un eterno enamorado: Javier recorre no solo geografías sino también los paisajes del ser. En este poemario, cada verso es una bitácora donde confluyen café, jazz, Grecia, Santa Marta y Medellín en una danza universal de amor y dolor. Su poesía nos invita a transitar trinidades de naufragios y redenciones: tres lugares, tres sentimientos, tres vinos, tres orgasmos. Porque el número tres, como el amor, es perfección y destrucción...