Los gigantescos recintos acotados por alambradas, guardias armados, torres de vigilancia y barracones sucios e insalubres se convirtieron en el lugar elegido por los nazis para encarcelar a sus prisioneros. Los campos de concentracio´n fueron el infierno terrenal del nazismo y aquellos que traspasaban su puerta estaban condenados a morir dentro. Solo algunos corrieron mejor suerte y lograron sobrevivir a la barbarie. Pero ¿que´ fue lo que les emp...