Si te consideras una persona perfeccionista, quizá no te parezca que el perfeccionismo sea un problema. De hecho, podría parecerte más bien lo contrario: una ventaja, ¡y en muchos sentidos lo es! Pero aspirar continuamente a la excelencia, valorarte en función de si eres capaz de alcanzarla y, en el proceso, criticarte sin descanso puede ser también causa de ansiedad, estrés, preocupación, agotamiento e infelicidad. Así que, ¿cómo distinguir entr...