Estos cuentos de diversa índole y factura, y con finales de variados tintes, sin duda gustarán a lectores avezados, intrigarán a lectores suspicaces, fascinarán a lectores salteados. Y, para este improbable lector que escribe, no hay mejor modo de anticipar que, entre fantasía, sueño y ludus, este libro ha sido escrito a dos manos con imaginación e inteligencia, con pasión, y con la ineludible dosis de razón. Ahora bien, para todos hay siempre un comienzo como testimonian estos cuentos breves de Juliana y Natalia Vélez Loaiza. Ellos darán voz a un coro de lectores que se unirán a la mía, para acoger a las recienvenidas al país literario: dos jóvenes aspirantes escritoras caleñas y cosmopolitas en sus exordios, dotadas de talento, cultura y disciplina, y dedicadas, como se debe, al inútil oficio de escribir. Mas, leyéndolas, nos percataremos de la utilidad de la escritura.