El primero de septiembre de 2019 sucedió. Era un día normal hasta que de repente las personas comenzaron a morir asfixiadas de forma tortuosa e inexplicable. El mundo se sumió en un frío y pasmoso silencio. El planeta entero se apagó. Lo único que quedó fue el horroroso panorama de millones de cadáveres, los recuerdos de la vida humana. En algún momento descubrí que seis personas también habían sobrevivido y me uní a ellos. Algunos se dedicaron a...