Como un Superman que vuela en su BMW desde los cerros de Bogotá hacia la gran ciudad, en compañía de Axel, Keith Richard, Mick Jagger y un cadáver en el baúl, Esteban González es, en nuestro imaginario de persona moderna, el propio David de Miguel Ángel; o el invierno, pero también la primavera, de Las cuatro estaciones de Vivaldi; en todo caso, según él, una obra de arte. Además, es un abogado que trabaja en una prestigiosa firma de Bogotá, rode...