Betancourt tiene facilidad para narrar historias, para atrapar al lector en una vertiginosa prosa que está llena de parodias, de ironías, de salidas inesperadas, de dotar a sus personajes de un irreverente desparpajo en la puesta en escena para rayar en lo desatinado y por supuesto en lo risible. No es casualidad que la protagonista de los cuentos de este libro se llame, precisamente, Risa, a través de cuyos ojos conocemos los diversos personajes...