Un hombre que entregó su corazón y, al hacerlo, lo perdió también. Sin darse cuenta, Cristóbal Garza se enamoró años atrás de una mujer sin escrúpulos y llena de resentimiento. Cuando aquel vil entramado quedó al descubierto, su alma se congeló y él juró que jamás volvería a c.?nfiar en sus sentimientos, pues debido a ello su hermana sufrió innombrables atrocidades y su familia acabó destruida. Ahora transita por la vida, gris, sin apegos y sin sueños. Con un emporio a su cargo, se entrega al trabajo como escape a su soledad. Nunca llegó a pensar que ahí misil10 la vida le podría dar otra oportunidad y una lección que, si lo permitiera, todo lo cambiaría.¿Logrará alguien despertarlo de ese letargo lúgubre en el que se encuentra sumergido(por la culpa? ¿Que puede y se ll1¡rece una segunda oportunidad de son~eír y de disfrutar? ¿Quejugar con fuego no es la mejor manera de apagar el deseo? ¿Que su corazón no es tan estúpido como él piensa?