En la poesía de Amonio Silvera Arenas conviene destacar la aparición de un elemento nuevo: la incorporación de la poesía popular tradicional, los cantares a la manera de Antonio Machado: saber condensado, pulido por el tiempo. Esta incorporación se integra con la visión mítica del poeta, cuya adopción le exige la estrofa tradicional, rimada y ritmada no solo como una forma de extrañamiento verbal, de enfatizarle al lector que está ante un uso particular de la palabra que no debe confundirse con el uso cotidiano, propio de los ritos profanos, sino también como una fórmula: invocatoria para facilitar el reen-cuentro con el tiempo primordial, sagrado, de los mitos.