Cuando la princesa Gominola se prepara para irse a la cama, hace ver a su papá, el leal caballero, quién manda en el castillo. A la encantadora princesita le apetece tomar un baño real (para que le deje los pies blanditos), ponerse un finísimo camisón bordado con hilos de oro, degustar exquisitos manjares de princesa con forma de estrella, lavarse los dientes con su pasta que sabe a menta y que le crezcan unas alitas mágicas con las que sobrevola...