<p>El comienzo de una obsesión<br>Steve Jobs no era solo un visionario. Era un perfeccionista, obsesionado por el detalle a una escala que pocos líderes empresariales podían igualar. Desde los inicios de Apple, Jobs demostró una preocupación poco común por la calidad y el detalle, que se convertiría en la columna vertebral de su filosofía corporativa. Este enfoque en la excelencia a menudo trascendía los límites de la lógica empresarial y se refl...