<p>Puede que casi todos, alguna vez, nos hayamos sentido víctimas de una situación injusta y hayamos rumiado fantasías de venganza, de reparación. Que hayamos sentido que el mundo conspira contra nosotros, que no hemos sido integrados o reconocidos como merecíamos, sin poder hacer nada contra eso. Pero ¿qué pasa, en el sujeto y en la sociedad, cuando nos instalamos a vivir en ese pozo de odio, celos, envidia y humillación que nos envenena el alma...