<p>Cuando Santone lo llama y lo convoca para un trabajo, Elio Rubato intuye que no será uno más. Es abogado de profesión, pero su oficio no son las leyes, sino las búsquedas, como si de un detective se tratara. Es peronista, lleva una foto de Perón firmada por el general en el bolsillo interior del saco y le gusta ir a los cabarets a bailar tango. Estamos en las Buenos Aires de la década del cuarenta y él honra las virtudes de los porteños: lealt...