<p>Un delicioso relato que nos transporta a la Roma de inicios de los sesenta con un corazón joven.<br><br>«Roma era en la memoria de sus lecturas un prado de mármoles verdes y blancos, gritos de multitudes entre arcos ornados de blancas Minervas y Martes. Roma era la guerra en las películas de Rossellini, la calle desierta y Ana Magnani corriendo detrás del camión en el que los nazis se llevan al amigo, mientras en otro lugar moría Aldo Fabrizi,...