<p>Es muy difícil, para los adultos, trabajar para los niños. Y cuando digo "para" los niños, me refiero a trabajar siendo sus secretarios, sus testigos, siendo aquellos que nos olvidamos de todos nuestros prejuicios, ideales frustrados, de nuestras tendencias a ese "saber más". Porque esto nos aleja del punto medio y equilibrado que da lugar al saber del "no-saber", y termina orientando toda intervención hacia el polo que objetiva y transforma a...