Como protagonista de una pesquisa personalísima, en estos poemas desanda el viaje de su vida y en sus modos de nombrar, el trayecto a veces es laberinto, y otras ensayo, indagación, preciosa fábula.
Mi vida es todo/y nada/es luz y sombra/Es eso y más/tiene alma.
Hay algo vivo y pleno de afecto en esta voz que busca la llama y el canto, lo justo y lo hermoso mientras entreteje historias para renovar sueños y preguntas.
"Viajo a lugares de mi alma para sostener la existencia que me toca", dice, y en sus ensoñaciones hay tanta melancolía como esperanza y convicciones.
Otras veces, la autora ?Licenciada en Química? juega con las texturas y funde palabras con elementos, sustancias que generan imágenes y ecos fabulosos.
Busca sentido en lo versátil y en los cambios que modifican el rumbo del mundo y de las cosas. Y en el centro de todo, las mujeres la inspiran y rinde homenaje, en particular, a quienes la precedieron.
Los murmullos de esas manos y voces vuelven a su oído y en cada verso hilvana una trama compartida ("todas las mujeres/florecen en mí").
La conciencia de los privilegios de la vida también se nombra y, desde un atardecer tranquilo, encuentra sentido en la belleza o se detiene a ver la maravilla que esconde el cuerpo diminuto y la vida breve de una luciérnaga.
Hay juego visual, hay humor, y una rebeldía forjada temprano que a veces regresa, intacta, y lo dicho: un mar de gratitud.
El deseo de poder mirarse con afecto y seguir compartiendo horas de vibrante alegría, seguir tejiendo entre palabras, trovar con otros.