<p>Las ciencias sociales y los organismos internacionales han mostrado acertadamente a la mujer como víctima, como figura pasiva y débil receptora de la violencia, en general, y también de la infligida por su pareja masculina e incluso por su familia. Ahora bien, aunque las mujeres han sido históricamente víctimas y no ejecutoras, hay un creciente número de ellas que se transforman en victimarias por su participación en el delito, por su ingreso...