<p>Tal vez la obra de un hombre, inevitablemente sosegada por el tiempo, fabrique el elogio del que no podrá defenderse. Elogio o diatriba quedarán distantes de aquella singular cosmovisión, distantes de su ser más íntimo, de su singularidad, acontecida en la mirada única, en la conversación afable y entusiasta, en la generosidad de su entrega, en la ternura de su sonrisa. Esta disformia que el tiempo nos sirve en pasado, puede llegar a ser fortu...