<p>Si a Odiseo siempre le será posible retornar a Ítaca, no así al proceloso viajero de nuestro tiempo. Momento marcado por el desleimiento y la desposesión de todo mito. Ausencia de arquitecturas de la imaginación que le protejan de toparse, en el espejo en que se mire, con su rostro desnudo: el pavoroso rostro de medusa. Gravitado por esta cuestión, el hablante lírico de Desvío, desasido, por instantes, de todos los protocolos ideológicos de re...