<p>Las democracias contemporáneas enfrentan un dilema inquietante: los nuevos medios que conectan, comunican y facilitan la circulación de información en el espacio público son al mismo tiempo el mecanismo que permite que individuos y grupos sean vigilados, amenazados y deshumanizados de una manera amplia, capilar y económica. Se ha demostrado que los dispositivos que organizan la esfera pública digital alientan ?voluntaria o involuntariamente?...