<p>Ante el luctuoso fallecimiento de mi esposa, hace ya cerca de seis años, me planteé la necesidad de adquirir algunos vicios que entretuvieran mi soledad con la sana rentabilidad de acomodar mi vejez a la ilusión de seguir caminado, aunque ya solo y a mi paso.<br>Había escrito algunas escenas o episodios para la radio, pero sin demasiada enjundia ni pretensión, cuando me di cuenta de que estaba creando un mundo mezcla de denuncia, enseñanza fil...