<p>La arquitectura y el arte barrocos han sido tomados, en diferentes momentos y por diferentes interpretaciones, como una producción basada en la exacerbación del subjetivismo, en la irracionalidad, en los excesos de una saturación y acumulación propias de un horror vacui, todo ello como algo ajeno a los dictados de la razón y de una coherencia fundada en los valores de lo supuestamente objetivo. O fue también comprendida como una producción y u...