<p>Antonia ha perdido ?¿o habrá encontrado?? el camino desde la partida de Juan, quien se presume, en palabras de Fitzgerald posiblemente, como no sólo su único amor, sino su Dios. Tila despidió al amor de su vida y, al abrir los brazos ?en ¿reclamo? a alguien o algo?, le cayeron, sabrá Dios de dónde, cinco pequeños a los que ahora, ahorita, tendrá que guiar. El rencor de Julia hacia su hermana la termina condenando y la vida se lo cobra en moned...