<p>Para sobrevivir, los otomíes precisan capturar y devorar a sus enemigos, quienes a su vez pretenden capturarlos y devorarlos: Cristo, la virgen y los santos, los curas católicos y pastores evangélicos, las políticas del Estado y los funcionarios que ejecutan las imposiciones del progreso capitalista expresado en el extractivismo territorial de una de las zonas metropolitanas más densamente pobladas de América Latina. En este juego de predacion...