<p>Los presagios lo habían anunciado: hambruna, vientos huracanados, relámpagos en el cielo despejado, serpientes volando por el aire; y, sin embargo, cuando todo sucedió, nadie estaba preparado. Por el norte, descendiendo hacia el lugar más sagrado del reino, el monasterio de Lindisfarne, aquellos barcos con el dragón en la proa se deslizaron entre la niebla del amanecer aquel 8 de junio del año 793. Y entonces llegó el caos.<br><br>Entre la san...