<p>Mi abuela ignoraba que Teruel estaba, justo, en el centro del mundo.<br>Ella tan solo lloraba la muerte de Luis, su hermano asesinado por el bando nacional. Suspiraba por la vida de Paco, su marido, que defendía Teruel del ataque republicano, en cuyas filas, a tan solo doscientos metros, combatía su propio hermano. Temía por el destino de su padre, al que vio salir de las ruinas de su hogar destruido, esposado, expuesto a la denuncia de un pue...
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