<p>«Acabarían colonizando hasta el último rincón de esa vida que había aprendido a vivir.»<br>«Por primera vez desde que se había metido en el agua esa mañana, sentía que las partes dispersas de su alma estaban regresando, como si impregnaran el aire salado que respiraba y, llenando sus pulmones, se le mezclaran con la sangre. La oscuridad del mar y el cielo se transformó tras sus ojos: el cielo se veía azul y despejado, con el sol cálido y bajo,...